viernes, 27 de julio de 2018

Comprados en un kiosco

Victoriano encara por el camino de chacra bajo un cielo color plomo como nunca antes había visto y soportado. Dice que es la mejor luz para tomar fotografías con la reflex. A mí me da igual, que no entiendo  y saco fotos con el celular sin encuadre ni nada. 
Después de la lluvia, el camino quedó lleno de ojos que reflejan el cielo y andamos con cuidado ( ¿ pues ? ),  se teme que caer en ellos no solo arruinaría nuestras botas de invierno de anchas suelas y cuero engrasado sino que repercutiría en la representación que tenemos del cielo  en el suelo.
Victoriano aclara, muy serio, que la cámara debe sujetarse de una manera determinada para que la foto no salga movida así que le hago una toma al gesto técnico a modo de tutorial para revisarla cuando lo necesite y también para dármelas de sabihondo aunque como dije antes no sé un pomo.
Vamos por un camino poblado de coirones ( el monte nativo ha recuperado su  lugar tras el abandono de las chacras productivas, ) que nos conduce hasta un cuadro de perales vetustos.
Una buena foto en blanco y negro resaltaría  las formas duras de los troncos suavizado por las frutas que de lejos, o de cerca, en ese tono, parecen formas sujetas a las manos de un monstruo interplanetario, sentencia Vic. Biber hace una mueca y se acomoda sobre su pierna derecha y dispara con su reflex. En su mirada de  pobladas cejas dos chorros de luz salen disparados directamente a la atmósfera.
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   Hace poco  compré en un kiosco dos emblemáticos títulos de la obra de  Philip Kendric Dick. Sí, las compré porque quién no compra un Dick por pocos kopecs si en las librerías su precio se eleva por las nubes.  Mis  adquisiciones fueron: El hombre en el castillo con una imagen de tapa patética  y  la  gloriosa Ubik en una presentación  de bajo impacto paratextual. Pero nada impidió que ingresara al mundo regido por la física clásica y me sumergiera en las escenas degradadas por la entropía y luego resucitadas por un aerosol ( no vale adelantarse ). Porque, antes que nada, Ubik es una  evocación  a la publicidad  de principios del siglo XX. No hay imágenes en la novela como en La misteriosa llama de la reina Loana pero hay anuncios simulados de  época.  Primer encuentro del lector con Ubik, textos de venta. 


Glen Rucinter y su mejor empleado, Joe Chip junto con una pandilla de psíquicos viajan a la luna con la misión de contrarrestar el poderío psiónico que ejercen otros psíquicos espías sobre una empresa. Toda termina en una emboscada. Un hombre con apariencia de globo estalla dejando al menos a Rucinter en malas condiciones. Joe Chip se las ingenia para llevar el cuerpo de su jefe hasta Suiza para colocarlo como Disney con una salvedad: los cuerpos se encuentran en un estado de semivida  . 
Rápidamente: hay en Ubik: psíquicos de toda calaña; algo que no dije pero que está presente todo el tiempo: la comercialización absoluta de la vida cotidiana; mundos alternativos; drogas;  exposición breve de teorías científicas; vida, muerte y su intermedio; Dios: su tema favorito y un viaje contra reloj en pos de la permanencia en un mundo definido por imprecisas pistas. Hay una línea finita que se traspasa todo el tiempo, en fin, una novela entretenida que abarca el mundo Dick . 
Esta no fue una reseña sino una entrecortada impresión .
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4 comentarios:

Richard dijo...

Gracias por tu regreso al mundo bloguero, Mario. Ha sido muchos años desde que leí algo de PKD, pero tengo El hombre en el castillo en casa y lo que dices aquí sobre Ubik me parece bastante prometedor. Espero que estés bien. ¡Saludos!

mario skan dijo...

Hola Richard: cómo andás ? veo que te estás pegando unas buenas lecturas. Por mi parte estoy leyendo un par de autoras argentinas que me recomendaron, a saber: Cabezón Cámara y Ariana Harwicz. Libros con historias extrañas.
Dick siempre es una buena opción. Ahora me preparo para arrancar con El hombre en el castillo y desempolvar el I ching.
Saludos patagónicos.

Pollo dijo...

Hey Mario! Hace poco compré varios libros de Dick de golpe porque estaban en super oferta: La pistola de rayos, Valis, La transmigración de Timothy Archer, Los tres estigmas..., Tiempo desarticulado y Esperando el año pasado. Aún no sé por cual empezar ¿Alguna recomendación?

saludos

mario skan dijo...

Valis es una joya. Creo recordar que pertenece a una trilogía donde se cuenta siempre la misma historia que no es más que su encuentro con el verdadero mundo : el año 70 dc. Dick es realmente grande y fascinante. La transmigración de ... también la leí, creo que en ella hay un pasaje que dice que los primeros cristianos eran traficantes de hongos alucinógenos.
Buena lectura, Pollo. Saludos

De un paseo por los blogs

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